Maldito día de reflexión

Reflexión 1ª.-
Se estarán diciendo muchos: no me gustaría estar en la piel del gobierno, ministerio del interior, policías y por qué no, partidos políticos pensando éstos en que le afectará lo que los desheredados del sistema puedan influir en sus resultados electorales.
Por otra parte estos desheredados, que tal vez sea su primer día de reflexión (entiéndase dentro del contexto) se pregunte para qué va a servir todo esto si en definitiva lo que está en juego es quién se va a comer la "sopa boba" y yo no estoy invitado.

Reflexión 2ª.-
Estando la sopera encima de la mesa y la sopa lista para ser servida, para ver quiénes son los comensales sólo hay que echar un vistazo alrededor de la misma. Hay unos gordos, casi mórbidos, otros flacos muy flacos famélicos tal vez y otros, que por su colesterolemia y en vista del alto contenido en grasa de la sopa, estarán presentes pero no participarán en el banquete. Lo que hace que el resto se froten las manos.
No diremos los nombres de los comensales ni de los presentes que se quedan "in albis" a causa de la colesterolemia para no incumplir preceptos, aunque si nos imaginamos quienes pillarán más tajada.

¿Irreflexión 3ª.-?
¿Qué diferencia existe en curar el dolor con la apiterapia? (lo acabo de ver el la tele) y que S...son "cure" la caída del cabello. Pues que cuando en ambos casos llegas a un estado extremo, terminal, te agarras a un clavo ardiendo porque lo que estas buscando es un remedio que curen no la enfermedad del cuerpo sino la del alma. La diferencia  es que cuando la "quimio" es la culpable de la caída, a ésta no se le da importancia.

Reflexión 4ª.-
¡Silencio! Se está meditando.

Conclusión:
Las reflexiones, dependiendo del estado de ánimo, duelen unas veces más en el corazón y otras en el alma o viceversa.